Iris Lizbeth Axalco Barajas
Desde los inicios de las civilizaciones y de la sociedad, ciertos grupos de personas
han sido marginadas y excluidas por no entrar en las categorías de lo establecido
por las normas sociales que definen los aspectos físicos, cognoscitivos,
económicos, etc. y esta exclusión no solo se reflejaba en lo respectivo a la
integración social, sino que inclusive en los medios de comunicación como el cine,
radio o televisión, el tema era tan desatendido y evitado que se centraban en no
mostrar ningún personaje que no fuera perfecto, idealizado y siguiendo estándares
de belleza y comportamiento. (Ramírez, 2017)
Sin embargo, desde la década de los 80’s, para el cine principalmente, y hasta hoy
en día, se están haciendo grandes esfuerzos para que los contenidos que vemos,
oímos, leemos, o incluso lo que se difunde en la enseñanza, ya no reproduzcan este
tipo de conductas. Se podría decir que en la actualidad hay una mayor movilización
partiendo desde el público consumidor para que las personas antes marginadas
tengan roles destacables y se hagan notar, pero a pesar de todo esto, aún no se
está alcanzando el objetivo de una inclusión uniforme hacia todos, y tampoco que
se haga por las mismas razones, situación que llega a hacer sentir estos esfuerzos
como una cuota forzada por la demanda social.
Según el artículo Cine y discapacidad: el camino hacia la normalización (Laso,2020)
Existe una doble justificación para ese repentino interés de la industria
cinematográfica por la discapacidad: creativo y social. Entre los años 60 y 80
Hollywood experimentó un renacer artístico gracias a la corriente conocida como
Nuevo Hollywood. Este movimiento crea todo un catálogo de tipos complicados,
fuera del sistema y con tendencias psicopáticas que conecta con las frustraciones
de una generación. (Laso,2020)
Aunado a lo anterior, también es necesario mencionar el hecho de que, al hablar de
inclusión, principalmente en los medios visuales, es hablar de la presencia cada vez
mayor de personajes y miembros de la comunidad LGBTIQ+, y a pesar de que las
discapacidades físicas o cognoscitivas han tenido también protagonismo en las
pantallas con personajes reconocidos como Gregory House en la serie Dr. House,
el Dr. Shaun Murphy en The Good Doctor, o Steve Kenarban como el mejor amigo
de Malcolm en la serie Malcolm el de en medio.
No obstante, la inclusión no debería tratarse como objeto de moda o manifestarla
en los medios más consumidos para complacer a las masas que apoyan estos
movimientos sociales, porque al incluir los grupos que las masas apoyan se,
continúa excluyendo por los que la lucha es menor.
Referencias
Laso, M., (2020). Cine y discapacidad: el camino hacia la normalización. Le miau
noir. Recuperado de: https://www.lemiaunoir.com/cine-y-discapacidadnormalizacion/
Ramírez, W., (2017). La inclusión: una historia de exclusión en el proceso de
enseñanza-aprendizaje. Institución Educativa Técnico Comercial de
Jenesano, (p.212). Cuadernos de Lingüística Hispánica
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