En el Día de Muertos, recordamos a quienes nos han dejado un legado de vida inspiradora. Dedicamos el espacio para honrar la memoria de Hellen Keller, una mujer cuya historia de vida es un testimonio de la fuerza de la voluntad y la capacidad humana para trascender las barreras más difíciles. Ella no solo superó las limitaciones impuestas por su sordoceguera, sino que se convirtió en una de las activistas más influyentes de su tiempo, luchando por los derechos de las personas con discapacidad, las mujeres, y los trabajadores.
Un infortunio que abrió camino a una vida extraordinaria
Helen nació el 27 de junio de 1880 en Tuscumbia, Alabama, y a los 19 meses de edad, una enfermedad —posiblemente meningitis o escarlatina— le arrebató la vista y el oído. Para la mayoría, esta habría sido una sentencia al aislamiento, pero no para Helen. Con la llegada de Anne Sullivan, una joven con discapacidad visual que se convirtió en su maestra y compañera de vida, Helen aprendió a comunicarse utilizando el tacto y el sistema Braille, y más tarde llegó a hablar con la fonética táctil, un método que implicaba sentir las vibraciones de los labios y la garganta.
Superando barreras enormes, Helen se convirtió en la primera persona sordo-ciega en obtener un título universitario en 1904, graduándose con honores de la Universidad de Radcliffe. Escribió su primer libro, "La historia de mi vida", en el que relató su lucha y el proceso de superación personal que la convirtió en una figura universalmente admirada.
Luchadora social y defensora de los oprimidos
Pero Helen no se conformó con superar sus propias limitaciones. A lo largo de su vida, se convirtió en una voz potente y clara en la defensa de los derechos de las personas con discapacidad, tanto en Estados Unidos como en todo el mundo. Fundó la Fundación Americana para los Ciegos, recaudó fondos para garantizar mejores condiciones de vida y educación para personas con discapacidades, y fue invitada a dar conferencias en más de 35 países, llevando un mensaje de esperanza, inclusión y equidad.
Lo que muchos no conocen es que Helen también fue una defensora apasionada de los derechos de los trabajadores y una ferviente activista socialista. Fue miembro de la Industrial Workers of the World y escribió desde 1916 hasta 1918 sobre la necesidad de emancipar a las mujeres y los trabajadores explotados por el capitalismo industrial. Helen se dio cuenta de que gran parte de las personas ciegas a quienes ayudaba sufrían a causa de condiciones de trabajo insalubres y peligrosas, algo que le llevó a luchar por mejorar las condiciones laborales y combatir la injusticia económica.
En una carta célebre dirigida al editor del Brooklyn Eagle, Helen expresó con contundencia su posición:
"Socialmente sordo y ciego, defiende un sistema intolerable, un sistema que es la causa de gran parte de la ceguera y sordera física que nosotros tratamos de prevenir".
Keller también fue una defensora de los derechos de las mujeres. Se unió a las campañas por el control de la natalidad y fue una firme partidaria del derecho al voto femenino. Para ella, la justicia social no podía darse sin que las mujeres tuvieran autonomía sobre sus cuerpos y un lugar en la vida pública.
Un legado que sigue iluminando
Este Día de Muertos, podemos recordar a Helen Keller colocando en el altar elementos simbólicos que representen su vida y lucha: un libro en Braille, una máquina de escribir, y quizás una rosa, símbolo de la belleza que ella nos enseñó a ver con el corazón.
Helen Keller no solo nos dejó una historia de superación, sino una lección de vida: “Las mejores y más bellas cosas en el mundo no pueden verse, ni siquiera tocarse. Ellas deben sentirse con el corazón.” Así es como hoy sentimos y celebramos su memoria.
https://teleton.org/hellen-keller-y-su-lucha-a-favor-de-la-discapacidad/
https://www.inclusion.org.mx/nota?498
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