sábado, 22 de septiembre de 2018

VACACIONES.







Muchas veces pensamos que por el hecho de tener discapacidad no podemos salir de viaje y divertirnos.

Les voy a contar mi experiencia, la semana pasada viajé de vacaciones a Cancún, no les voy a mentir me encontraba un poco nerviosa por el viaje pues no hay túnel que te lleve al avión si no escaleras, me subieron cargando en una silla de ruedas especial (pasillera).




Cuando llegamos a Cancún al abrir la puerta del avión, ya estaban mi andadera, la silla de ruedas normal y la silla pasillera, utilicé la silla de "ruedas normal ". Por los nervios del viaje me dieron ganas de ir al baño y como era de esperarse el baño para PCD estaba siendo ocupado por una señora que esta bien. Hablando de los baños algo que me sorprendió que los extranjeros respetan los espacios destinados a las personas con alguna discapacidad, si ven una silla de ruedas se hacen a un lado, no te ven con morbo, que pena que las y los mexicanos sean así, que nos falte esa cultura.

El hotel es muy grande, con un servicio excelente, las instalaciones totalmente Incluyentes, aunque eran caminos largos no había problema porque son completamente planos y con piso.


Cada noche hay un espectáculo diferente, realizado por gente joven que tiene mucha energía pues cabe mencionar que durante el día las personas que realizan el espectáculo animan a los huéspedes del hotel, ensayan sus actuaciones, en la noche hacen el espectáculo y posteriormente llevan de "antro" a quienes lo desean.


Sin lugar a dudas éste fue el mejor viaje que he tenido desde hace años, hasta se me hizo raro no ir a hospitales, ver doctores y hacerme tratamientos, solamente disfrutar.

Este viaje me sirvió para darme cuenta de muchas cosas y valorar otras.







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